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martes, 20 de mayo de 2008

La barriada de la Estación, el semanario "Adelante" y el error de "Legado Macías"

LA BARRIADA DE LA ESTACIÓN, EL SEMANARIO “ADELANTE” Y EL ERROR DE “LEGADO MACIAS”

José Rabanal Santander

Varias cosas tenemos en Badajoz que nos proporcionan un aire distinto; de un lado nuestro carácter fronterizo, con esa cultura de “ida y vuelta” entre España y Portugal y por el otro, la ciudad partida por el río, que solo los que han vivido a uno y otro lado pueden comprender del todo.

Hay una ciudad para el que llega con dinero y otra para los arriban apurados de posibles, diferencia que igualmente parece apreciarse cuando no referimos a cada margen.

Hoy en día, puede ser que esa diferencia se aprecie menos que a comienzos del siglo XX, pero existe, de ahí que la barriada no haya perdido empuje en su afán de progreso.

En 1.904, Badajoz tuvo una publicación, concretamente un semanario que ha quedado en el recuerdo de la prensa extremeña. Dicho semanario se publicaba merced a los esfuerzos de su director, D. Marcelino Bravo González , que había escogido el vigoroso nombre “¡Adelante!! como cabecera de la publicación que se convertiría en el defensor de “los intereses morales y materiales” de la Barriada de La Estación, empeñándose en una potente campaña para ayudar a las 800 personas que habitaban en la Estación en 1.904.

Hace nada más y nada menos que ciento cuatro años, el semanario “ ¡Adelante!” escribía: “Más de 800 personas viven allí en continuo sobresalto, sin médico ni botica donde acudir en un momento de urgente e imprescindible necesidad del instante, como es la agonía o la hemorragia, el parto malo e infinidad de cosas por el estilo. Mas de 800 personas viven allí, careciendo en absoluto de agua, de luz, de carnes y de verduras, de urbanización y de higiene. En verano como en invierno, sus habitaciones son pocilgas, sus calles todavía sin “forma”, nombre y número.”

En favor a la barriada, D. Marcelino Bravo sazonaba las crónicas de su semanario con las coplas que dedicaba al barrio un periodista de aquellos lejano tiempos:

“Un pedacito de gloria

pudiera ser la Estación,

queriendo los concejales

Vázquez, Cierva y Manjirón”[1]

La carencia de luz eléctrica se cita en esta otra:

“Ya puede estar satisfecho

el barrio de La Estación,

Pues pronto tendrá la luz

teniendo la de Alarcón[2]”.

¿No ha de ponerse el pan caro?

¿no han de mermarle su peso?

¿no ha de haber calamidades

con tan nefasto Gobierno?

“Me preguntan si ya hay médico

y botica en la Estación.

Yo no he visto más que barro

y pagar contribución”

Lentamente, el barrio progresa, pero aún así mediados los años 30 del pasado siglo, Badajoz y sus barriadas continúan padeciendo carencias importantes, principalmente, viviendas e infraestructuras dignas para sus habitantes. La Barriada de la Estación acusaba ese problema de forma alarmante.

El gobierno de aquellos tiempos – que iban a desembocar trágicamente en guerra civil, no acertaba a procurar los recursos suficientes que solucionaran dicho problema; así, muchas veces la posible ayuda venía de la mano de iniciativas particulares que ponían al alcance de los más desfavorecidos una vivienda digna. Tal es el caso D. Emilio Macías, que traemos merecidamente a esta parcela del recuerdo. D. Emilio Macías vivía del otro lado del río, en una casa grande, con su hermana y dedicado al cuidado de su hacienda que, en estos momentos, no podemos precisar si era mediana o grande. Cierto era su fervor religioso y mucha la devoción que profesaba Nuestra Señora de Bótoa.

Contemplaba D. Emilio el pasar y los afanes de las lavanderas de Badajoz, la dureza de sus vidas y la pobreza de sus casas, en constante tarea por sacar adelante a sus familias en un Badajoz en el cual el hambre y la miseria eran moneda de cambio frecuente[3].

Decidió construir unas casas para estas mujeres, constituyendo un legado para tal fin. Dicho “legado” además de su valor histórico y social, constituye un modelo de documento jurídico.

Las lavanderas de Badajoz tuvieron unas casas dignas y algo más en aquel año 1.931 de su entrega y correspondiente fotografía del recordado artista Antonio Pesini.

No obstante lo dicho – conocido por cualquier persona interesada en la historia de Badajoz- nuestro Ayuntamiento mantiene año tras año el error en la placa que da nombre a la calle, donde sorprendentemente puede leerse: “Legado Macías. Escritor y Poeta del siglo XIX”. Y que sepamos nosotros, D. Emilio Macías jamás escribió una línea. Dejó una obra social que ha llegado hasta nosotros con un recuerdo equivocado que debe corregirse.



[1] Responsables municipales en 1.904. Coplas firmadas con el seudónimo de “Calaínos”

[2] Establecimiento de repuestos eléctricos que iba a inaugurarse en la barriada.

[3] Se tiene noticia cierta de que en la década delo ’30, el hambre era una causa importante de muerte en la provincia de Badajoz.

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