EL CINE EN BADAJOZ.
LOS PIONEROS DEL SILENCIO. NOTICIA DE PITUSÍN.
Europa todavía se agita en la Gran Guerra y
España sufre los coletazos indirectos de la contienda. Badajoz disfruta de ese
regusto provinciano y encantador que hace apacible la vida, a tempo
lento.
El invento de los hermanos Lumière
(singular máquina de coser que se
convirtió en filmadora y proyector de imágenes en movimiento) comenzaba a dejar
de ser mera curiosidad en las salas de
proyección.
En 1917, Badajoz tiene noticias claras del cinematógrafo.
A principios del siglo XX, dos
extremeños, el fotógrafo Fernando Garrorena y el catedrático del Instituto de Segunda
Enseñanza, Eduardo Morán, filman en Badajoz el primer documental:”La
salida de Misa de Jueves Santo”, con una cámara que
Eduardo Morán había adquirido en París a los hermanos Lumière, durante
un viaje realizado en 1900. El documental se proyecta en sesión pública en el
Ateneo de Badajoz y en una sociedad artística ubicada en la calle Moratinos.
Siguieron otras producciones similares
en diversos locales de la capital.
Avanzado el siglo, el Teatro López
de Ayala se adapta como sala de cinematógrafo, pero el primer local construido
expresamente para exhibiciones de
películas, sería el Salón Cinema Royalty, local que años más tarde tomaría el
nombre de Cinema España[1]
El cinematógrafo, como espectáculo
popular, va creciendo en Badajoz mientras Pitusín, todavía
Alfredito Hurtado, recorre las calles del Barrio Alto acompañado de sus padres
pues la familia pasa largas temporadas en la casa de la calle Bravo Murillo,
donde viven sus tíos[2]
y primos que permanecieron siempre en Badajoz, circunstancia importante
en la comunicación estrecha y sentimental entre Alfredo Hurtado y Extremadura.
Alfredo Hurtado Pitusín nace en Madrid. Su padre, Antonio Hurtado es cacereño.
Casó con Prudencia Franco, natural de Badajoz y tuvieron tres hijos, Carmen
Carlos y Alfredo. Carlos se licenciaría
en veterinaria, ejerciendo durante
muchos años en la localidad de Oliva de Mérida (Badajoz)
El estado de salud de la madre de Pitusín –padece alergias- condiciona la
venida del matrimonio a Badajoz, instalándose
en una típica casa de la calle
de San Juan, frente a El Gallo,
regentando un comercio de peletería; muy cerca, en la calle Bravo, vive Teresa,
hermana de Prudencia. En casa de su tía Teresa pasaría Alfredito muchas
temporadas, conviviendo con sus primos, especialmente con Manuel[3].
Tiempo de juego infantil y recuerdos que
jamás se borraron de la memoria de los dos primos; Manuel era un año mayor que
Alfredo y los dos gozaban de un sentido
artístico que les unía.
Manuel se decidió por los estudios de Medicina
y fue un médico poeta, escritor sensible y popular en un Badajoz que comenzaba a sacudirse el polvo
provinciano.
Antonio Hurtado, al mismo tiempo que
la peletería, explota una Sala de
Linterna Mágica. Antonio pertenece, en
este aspecto, al grupo de de pioneros
del cine en Badajoz. El aparato linterna utilizado en el salón para las
proyecciones, todavía se conserva en Salamanca, donde fue llevado por unos
parientes de la familia Hurtado.
Cuando nacen Carmen y Carlos y las
cosas no marchan bien y la familia decide marchar a Madrid en busca de nuevos
horizontes.
Alfredo Hurtado Franco Pitusín viene al mundo en Madrid, el día seis de diciembre de mil
novecientos diecisiete, en la calle de San Nicolás,9 ;romántica y cercana, la
Plaza de Oriente.
Tres años tenía Alfredo cuando la
vida de su padre pasa página de temprana e injusta manera. Prudencia sola y con
tres hijos no ve otra salida que mandar a su dos hijos mayores a Badajoz que
permanecerán con sus tíos hasta terminar los estudios de bachillerato.
Alfredito queda con su madre, a caballo
entre Madrid y Badajoz[4].
El porvenir no se presenta demasiado
halagüeño. Los recursos que ha dejado Antonio al morir no son muchos; la
situación obliga a Prudencia a trabajar en una peletería cosiendo prendas,
actividad que tiene que perfeccionar sobre la marcha. Madrid brinda más
oportunidades que Badajoz, pero las dificultades son muchas.
En el
domicilio familiar, la madre acogería como pupila a la popular Malena Nile del
Rio (Imperio Argentina), estrella de la pantalla bajo la dirección de Antonio Martínez del Castillo (Florián Rey) tal vez por
amistad o necesidad de procurarse
recursos en un Madrid en el que la barojiana busca por la vida es moneda de curso
[1]“Badajoz, Cuna del Cine
Nacional”. Antonio Béjar Martínez, artículo publicado el 30 de 1.936 en el
Diario “HOY, número 1.083. “Hace 64 años
se filmó en Badajoz el primer documental cinematográfico” Luis Silgo Gomero.
Diario “HOY”, 1.964. “Inicios del Cine en Badajoz”, Tomás Rabanal Brito, Diario
“HOY”, 1.964., “Badajoz peliculero”, Tomás Rabanal Brito, Diario “HOY”, 1.974,
“Así se rodó La Guerra empieza en Cuba”,
Diario “HOY”, 1.980
[2] Padres del Dr. Don Manuel
Hurtado del Valle, escritor, miembro de
la Asociación de Médicos Escritores, conservador devocional y emocionado del recuerdo de su primo artista.
[3] El Dr. Don Manuel Hurtado
del Valle.
[4] Conversaciones con la familia del Dr. Hurtado del Valle.
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