El próximo 26 de junio de este año comenzará el derribo del Cubo construido en la Alcazaba para uso de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Extremadura.
Será una fecha histórica al cumplirse una setencia legal ("Así es, si así os parece" que escribiría Pirandello) y que representa un gasto inútil, un despropósito y una falta de reconocimiento a la Universidad que apostó, de manera arriesgada, por una renovación del Barrio Alto , sumido en la desidia y la mugre y que además, se había convertido en un entorno peligroso.
El esfuerzo dio sus frutos y se realizó por los estudiantes llevando vida y color a unos lugares que los pacenses habían dejado de visitar.
Se enarboló la bandera del patrimonio - a veces las banderas separan más que unen- y con un empecinamiento digno de mejores empeños, se llegó a esta situación actual, a esa imagen de profesores arrastrando cajas de cartón como si les hubiera poseído el síndrome de Diógenes. ¿Qué gana Badajoz con ello? ¿El honor de D. Rodrigo en la horca? Más bien recordamos la tozudez del Paso Honroso de D.Suero de Quiñones. O la descolocación histórica de los últimos de Filipinas, casos en lo que todo es cierto, legal pero que en su observación externa tiene un áurea de dislate como para caer de un burro.
Se cumplirá la ley ¿y qué? .Éso no pagará el cuantioso daño que va a sufrir la ciudad de Badajoz y el argumento de que hay que buscar culpables y otras zarandajas no va a solucionar nada ni ahora ni en el futuro remoto. A pagar el pato los ciudadanos todos. Oníricamente hablando alguna vez escribí que ése gasto debería ser asumido, mediante impuesto especial por quienes tuvieron responsabilidad de los hechos, si hubo vicio en ello y (voluntariamente y en masa) por quienes se declaran a favor del derribo, muchos de los cuales hacia años que no paseaban por la Alcazaba bajo la luna flamenca.
Quienes quieran velar por Badajoz tienen mucho campo de acción, muchos problemas que apuntar en la agenda. No solo de patrimonio vive el ciudadano; el hombre debe integrarse en el paisaje, hacerlo accesible, las culturas , solaparse ir sumando, no restando como hace siempre un conservacionismo integrista. Si un escalón impide que una silla de ruedas acceda al interior de un edificio histórico y no hay otra solución, habrá que romperlo, cortar igual que Alejandro Magno deshizo de un tajo el nudo Gordiano. Además el Cubo solo rompe el horizonte . Y los ojos se acostumbran a todo. Igual que la pirámide del Louvre.
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