El pasado día 3 asistimos a la presentación en Badajoz del CAB (Centro Artístico de Badajoz), moderna Escuela de Arte situado en pleno corazón de del Casco Antiguo, c/ Virgen de la Soledad, 22, en un moderno edificio de cinco plantas y con una extensión de 1.000 metros cuadrados.
La iniciativa, entre otras cosas brinda la oportunidad de no tener que abandonar Badajoz para conseguir el adiestramiento necesario en cualquiera de las variadas áreas del arte que incluye su programa: Instrumentación musical, Canto y Voz, Danza, Artes Escénicas e Idiomas.
A medida que se iba produciendo la presentación en el salón de López de Ayala -, personalmente, me daba la impresión de que Badajoz va a contar con un verdadero centro alternativo a las disciplinas impartidas en el tradicional Conservatorio. Y éso es bueno, muy bueno ya que significa la apertura a otro horizontes del Arte, no admitidas en las clásicas aulas, que a menudo usan tanto "corsé" y ballenas", reglas tan estrictas, que no dejan correr el aire de las nuevas tendencias.
Un plantel de treinta profesores jóvenes, desde la guitarra eléctrica a la magia, expresión corporal, acrobacias, a la danza contemporánea, pasando por el canto y la esencial educación de la voz.
Invitados y premiados de honor durante la gala, extremeños reconocidos en diferentes facetas artísticas como Paco Pedraja a quien no veía desde hacía tiempo. Tuvimo tiempo de darnos un abrazo y hablar de las cosas de nuestro Badajoz; Rosa Morena para el mundo y Otilia Pulgarín para nosotros se lo pasó muy bien en el escenario del López recogiendo su distinción y hasta se arrancón con unas estrofas a capela de "Badajoz, la tierra mía", aquel pasodoble que grabara al poco tiempo de estrenar su película "Flor Salvaje" en el flamante Cine Conquistadores. Carlos Tristancho y José Vicente Moirón tambien recogieron sus galardones , junto a Beli Cienfuegos, con la colaboración en el escenario de la estupenda Cristina Hoyos, Los Chunguitos- banda sonora una época y testigos de una forma vital de un Badajoz ya preterito, emigrante y poblador de las cercanías del puente de Vallecas. Todos y algunos más se dieron cita esa noche que Badajoz estrenaba una prometedora Escuela de Arte, acompañada de representantes políticos, empresarios, y muchos artistas, músicos y escritores en el patio de butacas.
Después, una excelente cena de verano en la Terraza del López que todavía aroma el recuerdo de los bailes del Club Taurino o del Casino, en las Ferias de San Juan de nuestra juventud perdida.
Por allí saludamos a Julián Cuéllar que se había tomado un momento para entregar el premio a su amigo Carlos Tristancho, mientras el Mago Emilio ( Emilio Santos) tuvo una memorable actuación. Un rato agradable bajo las estrellas que, a buen seguro, marcarán y alumbrarán el camino de nuestros jóvenes artistas; también una tristeza, como expresó el introductor de la gala Fernandisco, la de que a algunos de nosotros, nos cae demasiado tarde para emprender esas rutas del arte encantadoras y encantadas.
José Rabanal
La iniciativa, entre otras cosas brinda la oportunidad de no tener que abandonar Badajoz para conseguir el adiestramiento necesario en cualquiera de las variadas áreas del arte que incluye su programa: Instrumentación musical, Canto y Voz, Danza, Artes Escénicas e Idiomas.
A medida que se iba produciendo la presentación en el salón de López de Ayala -, personalmente, me daba la impresión de que Badajoz va a contar con un verdadero centro alternativo a las disciplinas impartidas en el tradicional Conservatorio. Y éso es bueno, muy bueno ya que significa la apertura a otro horizontes del Arte, no admitidas en las clásicas aulas, que a menudo usan tanto "corsé" y ballenas", reglas tan estrictas, que no dejan correr el aire de las nuevas tendencias.
Un plantel de treinta profesores jóvenes, desde la guitarra eléctrica a la magia, expresión corporal, acrobacias, a la danza contemporánea, pasando por el canto y la esencial educación de la voz.
Invitados y premiados de honor durante la gala, extremeños reconocidos en diferentes facetas artísticas como Paco Pedraja a quien no veía desde hacía tiempo. Tuvimo tiempo de darnos un abrazo y hablar de las cosas de nuestro Badajoz; Rosa Morena para el mundo y Otilia Pulgarín para nosotros se lo pasó muy bien en el escenario del López recogiendo su distinción y hasta se arrancón con unas estrofas a capela de "Badajoz, la tierra mía", aquel pasodoble que grabara al poco tiempo de estrenar su película "Flor Salvaje" en el flamante Cine Conquistadores. Carlos Tristancho y José Vicente Moirón tambien recogieron sus galardones , junto a Beli Cienfuegos, con la colaboración en el escenario de la estupenda Cristina Hoyos, Los Chunguitos- banda sonora una época y testigos de una forma vital de un Badajoz ya preterito, emigrante y poblador de las cercanías del puente de Vallecas. Todos y algunos más se dieron cita esa noche que Badajoz estrenaba una prometedora Escuela de Arte, acompañada de representantes políticos, empresarios, y muchos artistas, músicos y escritores en el patio de butacas.
Después, una excelente cena de verano en la Terraza del López que todavía aroma el recuerdo de los bailes del Club Taurino o del Casino, en las Ferias de San Juan de nuestra juventud perdida.
Por allí saludamos a Julián Cuéllar que se había tomado un momento para entregar el premio a su amigo Carlos Tristancho, mientras el Mago Emilio ( Emilio Santos) tuvo una memorable actuación. Un rato agradable bajo las estrellas que, a buen seguro, marcarán y alumbrarán el camino de nuestros jóvenes artistas; también una tristeza, como expresó el introductor de la gala Fernandisco, la de que a algunos de nosotros, nos cae demasiado tarde para emprender esas rutas del arte encantadoras y encantadas.
José Rabanal
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