Julián Mojedano, la voz de Radio Extremadura, nos dejó hace unas semanas. Y este Guadiana suena que como el río desaparece de tanto en tanto, vuelve a resurgir para dar el adios a un amigo de tantos años y que protagonizado la historia de la radio en Extremadura.
Hace un par de años- creo recordar- nos reunimos en la residencia Mapfre- donde pasó los últimos años de sus vida y y tuvimos una fiesta de las que a él le gustaban, con cantos y danzas de Extremadura, habaneras y pasodobles, con sus amigos de siempre, Emilio Guindaleza Barroso, Pedro Montero, Mari Visea, Javier Feijoo, María José Luengo, Pedro Montero (el Avisador de Badajoz), los hermanos Vidarte, el coro de del Centro de Promoción de la Mujer del Gurugú con el Grupo de Danzas El Trigal... allí se escucharon la canciones de Badajoz, las de la Romería de Bótoa.
Julián ya no podía hablar, tenia que hacerlo en la voz de su amiga y compañera de tantos años, Mercedes Moreno. Julián se ha marchado llevándose una manera de hacer radio, teatro y recitar.
Gran pena tenía esos últimos tiempos por no poder realizar la subasta de la Romería de la Virgen de Bótoa; ahora ya contempla esos campos, desde otro cerros más azules y escuchará a esos romeros de canto y trago, mientras habla ante un micrófono de estrellas.
José Rabanal Santander
Hace un par de años- creo recordar- nos reunimos en la residencia Mapfre- donde pasó los últimos años de sus vida y y tuvimos una fiesta de las que a él le gustaban, con cantos y danzas de Extremadura, habaneras y pasodobles, con sus amigos de siempre, Emilio Guindaleza Barroso, Pedro Montero, Mari Visea, Javier Feijoo, María José Luengo, Pedro Montero (el Avisador de Badajoz), los hermanos Vidarte, el coro de del Centro de Promoción de la Mujer del Gurugú con el Grupo de Danzas El Trigal... allí se escucharon la canciones de Badajoz, las de la Romería de Bótoa.
Julián ya no podía hablar, tenia que hacerlo en la voz de su amiga y compañera de tantos años, Mercedes Moreno. Julián se ha marchado llevándose una manera de hacer radio, teatro y recitar.
Gran pena tenía esos últimos tiempos por no poder realizar la subasta de la Romería de la Virgen de Bótoa; ahora ya contempla esos campos, desde otro cerros más azules y escuchará a esos romeros de canto y trago, mientras habla ante un micrófono de estrellas.
José Rabanal Santander
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