CUENTAME UNA HISTORIA, ABUELA...
Cuéntame una historia, abuela...
“No hace mucho, una mañana,
un flautista apareció
con la cartera repleta
de créditos de favor.
No era un flautista cualquiera,
era un banquero “molón”,
engominado y experto
en mercados de valor,
en préstamos personales
y en los fondos de inversión,
experto en dinero ajeno
que en propio lo convirtió.
Con una mano prestaba
y la otra, en el cajón,
contando billetes euro
¡pero qué bonitos son!
Un albañil con galones,
listillo de profesión,
que tenía unos terrenos
con recalificació n
que un amigo choricillo
bajo cuerda le logró,
como mihura nervioso
se mete en la construcción
de pisos de lujerío
y adosados de ocasión,
de apartamentos playeros
donde tomar bien el sol.
... La gente compra que compra
y no pienses, que es mejor...
Con la paga del abuelo
y el sueldillo del mayor,
tenemos para los plazos
del chalet en Benidorm,
que tenemos un gran banco
que nos financia hasta el Sol,
y si no pagas te espera,
y paga nuestro agujero
con fondos de qué sé yo.
Y la gente no pagaba
y el flautista decidió
retirar los beneficios
en el fondo del zurrón,
tranca la puerta con fuerza
y el cartel de “No hay billetes”,
con cuatro puntas clavó...
Y observa como la palman
los pobres de la región.
Y palmados, como siempre,
no encuentran la solución...”
¿Y no se comen perdices?
¿No hay boda ,ni bendición?
Pues no, querida hija mía,
la perdiz en estos tiempos,
es casi caza mayor...
Cuéntame otra historia, abuela...
cuenta otra, por favor
pero que salga algún príncipe
aunque sea de cartón..
porque la vida es un cuento
y los cuentos, cuentos son.
José Rabanal Santander
Cuéntame una historia, abuela...
“No hace mucho, una mañana,
un flautista apareció
con la cartera repleta
de créditos de favor.
No era un flautista cualquiera,
era un banquero “molón”,
engominado y experto
en mercados de valor,
en préstamos personales
y en los fondos de inversión,
experto en dinero ajeno
que en propio lo convirtió.
Con una mano prestaba
y la otra, en el cajón,
contando billetes euro
¡pero qué bonitos son!
Un albañil con galones,
listillo de profesión,
que tenía unos terrenos
con recalificació n
que un amigo choricillo
bajo cuerda le logró,
como mihura nervioso
se mete en la construcción
de pisos de lujerío
y adosados de ocasión,
de apartamentos playeros
donde tomar bien el sol.
... La gente compra que compra
y no pienses, que es mejor...
Con la paga del abuelo
y el sueldillo del mayor,
tenemos para los plazos
del chalet en Benidorm,
que tenemos un gran banco
que nos financia hasta el Sol,
y si no pagas te espera,
y paga nuestro agujero
con fondos de qué sé yo.
Y la gente no pagaba
y el flautista decidió
retirar los beneficios
en el fondo del zurrón,
tranca la puerta con fuerza
y el cartel de “No hay billetes”,
con cuatro puntas clavó...
Y observa como la palman
los pobres de la región.
Y palmados, como siempre,
no encuentran la solución...”
¿Y no se comen perdices?
¿No hay boda ,ni bendición?
Pues no, querida hija mía,
la perdiz en estos tiempos,
es casi caza mayor...
Cuéntame otra historia, abuela...
cuenta otra, por favor
pero que salga algún príncipe
aunque sea de cartón..
porque la vida es un cuento
y los cuentos, cuentos son.
José Rabanal Santander
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