EL
“BUEN HISTORIADOR Y “LA ALTURA INTELECTUAL”
No
hace mucho tiempo, esas dos expresiones me han llegado como
respuesta a dos leves apuntes míos en la red social Facebook
En
el primer caso, había escrito yo un comentario, más bien una
apostilla, al mantra que se viene repitiendo, machaconamente, de los
140 años de honradez del PSOE; en esta ocasión, para ser exactos,
se expresaba “140
años de logros sociales en España”.Simplemente
apuntaba que en ese periodo de tiempo, deberíamos descontar los años
de excesos, venganzas, torturas, violaciones y asesinatos, que
cometieron los socialistas durante el periodo de preguerra y guerra
civil, destacando por su vileza los cometidos desde las filas del
Frente Popular y las bandas de delincuentes que habían sacado de
las cárceles españolas.
Ahí
es donde recibo el escueto comentario “Qué
buen historiador eres”.
Escrito así, en una red social, la expresión puede tener varias
interpretaciones, pues, como es lógico, la red no tiene ningún
algoritmo que nos permita conocer si es sarcasmo, doble intención,
halago o respuesta corta, en extensión o argumentos. Si es halago,
inmerecido lo considero, ya que, de momento sólo he aportado dos
libros de historia local (esa pequeña historia que se refugia en los
rincones) de los otros nada puedo decir pues desconozco la
intencionalidad de la frase.
Hora
es de advertir, que el PSOE y muchos simpatizantes vienen ocultando
su turbio pasado y revistiendo de carácter angélico ciertas partes
de su historia. No solo el PSOE, los partidos de la derecha tambien
lo han hecho durante años y éso a los “buenos
historiadores”, no
nos gusta. Mejor nos sentiríamos, todos los españoles, si
pidiéramos perdón , como ha hecho el Presidente de Alemania a
Polonia, con motivo del 80 Aniversario de la II Guerra Mundial.
Pero
la Historia es la Historia y el César reclama su parte. Ni siquiera
voy a referirme a los asesinatos masivos de Paracuellos del Jarama y
otros casos más conocidos, organizados desde la Dirección General
de Orden Público , comandados por Santiago Carrillo y su
lugarteniente Serrano Poncela. No, prefiero recordar los días de
sangre y odio del PSOE, con sus persecuciones a través del Frente
Popular, las chekas madrileñas dependientes directamente de los
socialistas y de otras en las que tuvieron participación. Y las
quemas de conventos e iglesias en preguerra, o el asesinato cobarde
de José Calvo Sotelo, a manos de los pistoleros de Indalecio Prieto,
después de haber sido amenazado de muerte en el Congreso. Pablo
Iglesias ya justificaba la violencia, cuando en su primera
intervención en el Congreso, vociferó que si había triunfo
conservador, era necesaria la violencia física contra el jefe de los
conservadores.
Eso
hicieron con Calvo Sotelo, reventándole la cabeza de un tiro y
arrojando su cadáver, a las puertas de un cementerio, como si fuera
un trapo. Hecho curioso es que el jefe de los asesinos, confesó el
crimen al diputado extremeño Juan Simeón Vidarte que, después de
unos minutos de estupor, en vez de denunciarlo, le aconsejó que se
escondiera hasta que el asunto se enfriara. Era el capitán de la
Guardia Civil, Fernando Condé, que fue a buscar refugio a casa de
Margarita Nelken. Fue amnistiado y poco tiempo después murió en
acción de guerra.
Las
chekas de Madrid ( en otras provincias también las hubo ) eran
cárceles privadas del pueblo donde se llevaba a los secuestrados
para ejercer sobre ellos la tortura, las violación , el robo y el
asesinato, después – en ciertos casos-de un juicio ridículo y sin
garantías, por parte tribunales populares.
EL
PSOE tuvo 35 chekas en Madrid, gobernadas por milicianos frente
populistas y bandidos de todas clases, perpetrando desmanes y robos.
Agapito García Atadell, ladrón y delincuente en varias áreas,
tenía dos a su cargo, además de la temida “Brigada del Amanecer”,
dedicada a “paseos” y robos.
Todo
ésto está en la Historia, no se puede tapar. Y lo peor de todos es
que eran matanzas organizadas no sólo para eliminar adversarios
políticos, otros de sus objetivos eran el robo, el expolio y la
venganza. No se trataba de “
grupos incontrolados”,
como se viene repitiendo, era un genocidio organizado desde las
altas instancias, utilizando las listas del censo electoral (para
comprobar la significación política) y las listas robadas a
asociaciones religiosas y fusilar a sus integrantes, en una
persecución orquestada contra el clero y sus feligreses. En los
registros arbitrarios que efectuaban, tener un rosario o una estampa,
era sentencia de muerte y el consabido robo y allanamiento del hogar.
Ése
es el periodo que hay que descontar porque, afortunadamente , es
tiempo pasado y los partidos, tuvieron que renacer en la paz y
convivencia que los españoles les brindamos en la Transición.
De
otra parte, otro comentario, en la misma red social, expresaba que
con un comentario sobre Rafael Alberti, demostraba mi “altura
intelectual”
En
dicho comentario opinaba que Rafael Alberti no me parecía buen poeta
ni persona digna de confianza, basando esta afirmación en su
relación con Miguel Hernandez, mejor poeta, más honrado y
solidario, a quien Alberti “olvidó” incluir en el listado de
refugiados en Chile y no facilitó su embarque en el aeropuerto de
Monovar en un avión Dragon, francés, que en principio tenia destino
la ciudad de Orán.
La
enemistad entre Alberti y Hernández venía de lejos, cuando el
suceso del Palacio de los Heredia, en Madrid. Miguel Hernandez,
después de batallar en trincheras, se acercaba al Palacio de los
Heredia , donde tenían lugar las reuniones del “neoseñoritismo
del Mono AzuL”, donde
se tomaban esperpénticas decisiones, se comía y se trasegaba de lo
mejor, mientras Madrid se moría de hambre. Allí se presentó Miguel
Hernández, sudado del frente y al ver los restos de la comilona
escribió en una pizarra que había en la sala: “Aquí
hay mucho hijo de puta y mucha puta”;
dado que la única mujer que estaba presente era María Teresa León,
ésta le dio a Hernández un puñetazo con tal fuerza que le arrancó
un diente. Y Alberti y otros le dejaron abandonado a su suerte en
Monovar, volando hacia Orán, en compañía de La
Pasionaria.
Otro
de los hechos que perfilan al personaje es su artículo periodístico
titulado “A paseo”
donde señala a intelectuales, poniéndoles una diana en la espalda,
asesinados en Paracuellos, entre ellos, “su amigo “ Muñoz Seca.
No movió un dedo para salvarlo.
La
Historia tiene su lugar y ese lugar nunca es el olvido.
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