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viernes, 24 de diciembre de 2010

Blackbirds. Conciertos de Navidad 2010. De la nostalgia a nuestros días



Durante los pasados 21 y 22 de diciembre, el grupo extremeño Blackbirds realizó un viaje musical casi inciático en el Palacio de Congresos "Manuel Rojas de Badajoz". Dos conciertos mágicos a beneficio de AFAL (Asociación de Familiares de Afectados de Leucemia) , y escribo por mágicos porque el grupo liderado por José Luis Arroyo y José Luis Tristancho realizaron un viaje al tiempo de esa música, eterna, inolvidable, clásica de ese universo misterioso y todavía vivo en el que tienen su lugar Beatles, Pink Floid, Simon y Garfunkel y Mike Oldfiel. Y en las fronteras o límites de ese universo musical, Blackbirds supo imprimir su propio sello, sustentado por un virtuosismo instrumentista y vocal, como joyas prestadas en un estuche nuevo.

Blackbirds no deja de lado la actualidad y nos presenta nuevos cantantes: Alberto Arroyo ofreció al público que llenaba el gran auditorio del "Manuel Rojas", dos temas del grupo Coldplay, demostrando unas cualidades vocales y un timbre perfectamente definido, además de soltura, simpatía y saber estar al frente tan enorme banda.
Cuerda, percusión, viento, guitarra eléctrica- magistral Manu- rotundo el bajista.
Los coros - tenores y sopranos- base fundamental de todo el entramado de arreglos, en su punto, contribuyendo con espectacularidad en el tema de Mike Oldfield, The Bell, que incluye una preciosa parte de soprano y coros, precedida de un tranquilo y melancolico riff de guitarra y así, uno a uno los diversos intrumentos hasta el final en vibrante y triunfal golpe de campanas tubulares que pusiero, al público de pie.
Y en el centro, como proa de esa nave de los sueños musicales, José Luis tristancho y José Luis Arroyo, ambos abrazados a sus guitarra, compañeras de tantos años.
José Luis Tristancho vive la música, la pasea por el escenario con su voz sentimental, suave o desgarrada, se emociona y emociona: pueda pasear por esa Callejuela del Penique (que gran trompeta solista y trompa y demas componentes de los metales) o romperse en cascada de sentimientos con She is Leaving Home para volver a descender por la escalera romántica de Yesterday. A su lado, José Luis Arroyo- uno de esos pocos enamorados de la música que nos van quedando por estos pagos- fiel y permanentemente ligado a su guitarra, que sabe fundir con todos los demas músicos, para estar donde tiene que estar, aportando la seguridad y tranquilidad tan característica en su persona e instrumento. A José Luis Arroyo nunca se le ha ocurrido abandonar su linea de trabajo y, en nuestra modesta opinión, ya ocupa sitio especial en nuestro mundo musical.

La primera noche de concierto y como invitado de honor, el gran y peculiar Gene entre el blues, el rockhabilly y el jazz, nos trajo una Lady Madonna de antología. Fantástica.

Y en el backstage, en los camerinos, hemos descubierto otro aspecto de igual importancia. La enorme preparación de estos jóvenes músicos, no solo en el dominio de sus particulares instrumentos, sino en el fondo y en la forma de encarar con entusiasmo su actividad, sus conciertos y la ilusión por vivir la música con el espíritu. Badajoz tiene un potencial artístico de gran calado y eso nos exige a todos que les procuremos un cauce en el que poder trabajar.

Cuando se apagaron las luces y el escenario quedó desierto, tuve la sensación de que la música no se había marchado, que estaba escondida tras las cortinas de los laterales, como esperando otra noche mágica, otro viaje sentimental al corazón.

José Rabanal Santander

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