Un año más, el tradicional y obligado paseo por la Feria del Libro de Badajoz me ha dejado el mismo regusto extraño que otras ediciones. En primer lugar ese sabor local - tanto en los actos como en la importancia concedida a los autores extremeños- parece perdido en un aluvión de cómics, literatura del momento -consumible y perfectamente desechable- que inunda los puestos.
Siempre habrá quien defienda,no sin falta de razón, que éso es lo que se vende y de ahí tanta novela seudo histórica y obras dirigidas al público joven -no siempre las mejores. De acuerdo todo vale para encaminar al lector por otras sendas más acreditadas, aunque ésto rara vez pasa.
Lo cierto es que la Feria del Libro de Badajoz- a excepción de los dos o tres autores de siempre- no consigue que el resto de los extremeños brillen a la altura que les corresponde; vale más un Antonio Gala, bien pagado, levitando entre esencias morunas cordobesas y dilentantismo de salida de tono, que unas buenas jornadas de apoyo a los extremeños que den caracter a una Feria, que hoy por hoy, al menos en su aspecto externo, más bien parece un puesto de tebeos, que el acontecimiento literario más importante de Badajoz, que es, ni más ni menos, lo que debería ser.
Y aún así, hoy la pluma se contiene, por no caer en ese lado de la crítica negativa y el exceso de loa gloriosa a los autores paisanos. No es ésa nuestra intención sino, más bien, apuntar qué cosas deberían corregirse en la política cultural de nuestra ciudad. Nos consta que una editorial,que ha realizado una fuerte apuesta difundiendo la historia local de Extremadura, no ha conseguido que los reponsables de la administración local escuche siquiera sus propuestas para tener una cabida digna en la Feria que, de otra parte concede bombo y platillo a personajes, que ni siquiera escriben sino es por terceros y pasan por aquí con todo lujo - si han salido en TV, polémicas aparte, el público novelero, les jalea. Y si los responsables, gestores de nuestra cultura y nuestros caudales, piensan que así se prestigia Feria, apañados van.
No obstante, cuando pasa la semana del libro, saben perfectamente que los autores extremeños siempre permanecerán disponibles en la colaboración desinteresada, como son de casa...
Y si seguimos alimentado "valores" foráneos, tendrá razón el dicho "quién da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro".
Siempre habrá quien defienda,no sin falta de razón, que éso es lo que se vende y de ahí tanta novela seudo histórica y obras dirigidas al público joven -no siempre las mejores. De acuerdo todo vale para encaminar al lector por otras sendas más acreditadas, aunque ésto rara vez pasa.
Lo cierto es que la Feria del Libro de Badajoz- a excepción de los dos o tres autores de siempre- no consigue que el resto de los extremeños brillen a la altura que les corresponde; vale más un Antonio Gala, bien pagado, levitando entre esencias morunas cordobesas y dilentantismo de salida de tono, que unas buenas jornadas de apoyo a los extremeños que den caracter a una Feria, que hoy por hoy, al menos en su aspecto externo, más bien parece un puesto de tebeos, que el acontecimiento literario más importante de Badajoz, que es, ni más ni menos, lo que debería ser.
Y aún así, hoy la pluma se contiene, por no caer en ese lado de la crítica negativa y el exceso de loa gloriosa a los autores paisanos. No es ésa nuestra intención sino, más bien, apuntar qué cosas deberían corregirse en la política cultural de nuestra ciudad. Nos consta que una editorial,que ha realizado una fuerte apuesta difundiendo la historia local de Extremadura, no ha conseguido que los reponsables de la administración local escuche siquiera sus propuestas para tener una cabida digna en la Feria que, de otra parte concede bombo y platillo a personajes, que ni siquiera escriben sino es por terceros y pasan por aquí con todo lujo - si han salido en TV, polémicas aparte, el público novelero, les jalea. Y si los responsables, gestores de nuestra cultura y nuestros caudales, piensan que así se prestigia Feria, apañados van.
No obstante, cuando pasa la semana del libro, saben perfectamente que los autores extremeños siempre permanecerán disponibles en la colaboración desinteresada, como son de casa...
Y si seguimos alimentado "valores" foráneos, tendrá razón el dicho "quién da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro".
1 comentario:
Querido Amigo José:
Creo tan justa y tan acertada tu publicación, que voy a publicarla en la Red Social FB.
Sigue siempre expresando lo que piensa y no te importe nada lo que piensen los demás.
Un fuerte abrazo Manuel Murillo García
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