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jueves, 3 de enero de 2019

LOS TRENES DE LOS DESEOS (EN EXTREMADURA)

LOS TRENES DE LOS DESEOS
(EN EXTREMADURA)

... Los trenes de los deseos van al contrario de la realidad”. Al menos así cantaba Adriano Celentano en la canción “Azzurro”. Eso es lo que pasa actualmente en Extremadura: las aspiraciones de una buena comunicación ferroviaria y las intenciones políticas van por otro lado. El resultado a la vista está: somos ,momentáneamente, la novedad de los medios y carbón encendido de  redes sociales; todo ello por noticias de vergüenza, donde quedamos retratados como una Comunidad Autónoma de cuarta división, con entrada de gallinero en el concurso de presupuestos e inversiones. Es evidente que , en ciertos ambientes políticos, se piensa y se desea una Extremadura remanso y paraíso, relax y recreo de políticos, urbanitas con poderío y demás farándula petarda. En gran medida, esa reserva verde , ese edén del suroeste , no casa bien con la industrialización, la inversión , los grandes proyectos y, como el extremeño es poco dado a la protesta y el bochinche, la región va hacia atrás a buen ritmo; cualquier día nos encontramos en el cine con el NODO en blanco y negro.

Desciendo, por parte de madre, de ferroviarios de varias generaciones y he pasado cierto tiempo en el campo de Extremadura, al lado de estaciones que ya no existen; he conocido las casillas de vías y obras, el trabajo en las oficinas de factores y jefes, el tren integrado en el paisaje de Extremadura. Ese tren hoy se ha quedado antiguo pero en su momento, mantenía a nuestra región fielmente conectada al resto de España. Uno de los nudos ferroviarios más importantes era el de Mérida, creado principalmente para sacar la gran producción del Matadero Industrial. Teníamos algunos pellizcos de lujo ferroviario como el automotor , los trenes Ter, Taf... que sustituyeron a las clásicas máquinas de vapor, modelo Compound, alimentadas con brisquetas de carbón, almacenadas en el tendel. Eran lentos comparados con los que hoy circulan en otras regiones.

Todos hemos tenido algo de culpa al consentir que se desmantelara la red ferroviaria- sobre todo durante el largo reinado del gobierno socialista- porque parece que cuando se trata de defender los intereses de los extremeños ante las instancias nacionales, nuestros políticos se meten la lengua en el orto, no vaya a ser que vuele alguna colleja politica que les mande al destierro como al Cid Campeador, que al menos tuvo Babiecas para ir “al destierro con doce de los suyos”. No caerá esa breva de ninguna higuera, que por ahora lo que hay por aquí, son acomodaticios blandengues y llevan  mucho tiempo “sonriendo a los de arriba que son machos y son muchos”.

Asi, el problema del tren en Extremadura es algo que exige verter dignidad por muchas razones. Y si el Presidente de la Junta no se desplaza a Madrid “con la escopeta cargá”, como en el pasodoble “Juan Salvador”, habrá demostrado altura política cero y si a éso le sumamos las maniobras de distracción y chinchines como organizar una manifa en Cáceres, evitando ruido en la capital para no molestar al Jefe “durmiendo entre los trigales verdes”, apaga la luz, Mariluz; bueno la luz se apagó en el tren en el otro día, cuando RENFE se cubrió de gloria y bochorno, como Cagancho en Murcia. Eso sí, a destiempo, mandó a un ejecutivo estirado, más triste que un quinqué de petroleo, a balbucir excusas peregrinas, que eran una bufonada de libro.

Extremadura no debe consentir este dislate. Tiene herramientas para ello, ya sugeridas en varios escritos que por ahí circulan. Todos los políticos que componen el arco parlamentario de Extremadura, tienen que comunicar al Presidente del Gobierno la retirada de voto, que se ha acabado lo que se daba y que era poca cosa, promesa llevada  a efecto si el gobierno no aprueba en serio y con prioridad absoluta, las inversiones y todo lo necesario para empezar a solucionar este gravísimo problema , firmado con tinta de la buena y no con “extracto de cachondina”, que es lo que han venido haciendo unos y tragando otros.

El tren en Extremadura ni siquiera traquetea como en el poema de Chamizo, es un zombie descacharrado, peor que la diligencia que saliendo de Badajoz llegaba a Madrid a los tres días; digo peor, porque en aquellos tiempos, era el lujo de los caminos, con parada y fonda.

Hay que afilar papeletas para que en las próximas urnas, si no cumplen, los mandemos a escardar cebollinos o a organizar manifestaciones “con doce o más de los suyos” a las sierras de Carija, donde sobra  espacio.

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