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jueves, 22 de septiembre de 2011

Almossasa

De entrada manifestar que estoy de acuerdo con las disposiciones del Ayuntamiento de Badajoz, tomadas con el fin de terminar con el deplorable aspecto que presentaba la fiesta conmemorativa de la fundación de Badajoz el año pasado, un botellón ruidoso donde se trasegaba alcohol a diestro y siniestro (no precisamente jóvenes), digo alcohol y otras cosas pues, sin ir más lejos por Cerrajería, San Lorenzo y alredederos, varios "aguadores" daban el "agua" al menor ruido sospechoso de motos o posibles policias para que sus compinches, en la puerta de las casas,tranquilamente, se pusieran a buen resguardo. Eso a las 12 de la mañana, mientras las casetas atronaban con sevillanas, bakaladera y cualquier otra cosa que aliente el despiporre fiestoso. Así que al ambiente árabe, la fundación de Badajoz, el sentido histórico y los demás aspectos culturales a la mayor parte del personal le importaba un pimiento.

Cierto es que nuestros comportamientos lúdicos- no digo nuestra cultura- van inexorablemente acompañados de alcohol. Imaginen unos Carnavales sin priva- esa de la que hacen gala incluso en los desfiles, qué graciosos van con la tajada a cuestas (no todos)- fiestas báquicas que representan el positivo y revolucionario plante de las clases sociales contra todo los establecido y oficial.

Más allá de esta consideraciones personales, Almossasa debe volver a sus orígenes, a su ambiente de celebración histórica, sin que esto signifique prescindir de alguna que otra copichuela y tapa en los estableciemientos del entorno mientras echamos una mirada atrás y otra hacia adelante a nuestra ciudad y origen. Somos árabes de procedencia y esto es esencia de Badajoz, que se puede perder en una vorágine de botellas y ruidos. Hasta ahí podríamos llegar.

Saludos y buena fiesta

sábado, 17 de septiembre de 2011

Extremadura, la Universidad y su deuda

Después de leer las declaraciones del Rector de la Universidad de Extremadura, don Segundo Píriz, al menos me han quedado claras dos cosas: que es casi imprescindible trabajar en el campo para forjarse el carácter y que le gusta la obra de Ennio Morricone - cosa en la que coincidimos plenamente. Sin embargo, no he logrado leer nada acerca de los planes futuros de nuestra Universidad y como no paro de escuchar comentarios "sotto voce" sobre su digamos "difícil situación de prestigio" fuera de nuestra región y quienes los hacen son personas en las que confío, deplore que el Rector desaproveche una página del periódico sobre las medidas y acciones que debe tomar la Universidad para sacarla de ese anonimato neblinoso en el que, según dicen, se encuentra.

Algo que también me llama la atención- subjetividades de uno- es el dato de que el 25% de la renta se debe a la existencia de la Universidad, de acuerdo con los datos del Instituto Valenciano de Economía - quizá en Valencia por eso de la perspectiva de la distancia- y que será tan fiable como cualquier estadística, esa ciencia que dice que yo tengo una finca sin tenerla y mi vecino tiene otra, cuando en realidad tiene dos.

La entrevista se va por el aire cuando debería señalar las líneas a seguir para que la Universidad de Extremadura afronte y supere un horizonte de recortes- es lo que hay- y una rentabilización de sus recursos para conseguir una calidad razonable tanto en sus docentes como en el resultado final de su alumnado.

La Universidad de Extremadura debe asumir su propia esencia y características de su origen: a riesgo de parecer algo dinamitero, es necesario remover un poco el poso de las cosas. Nuestra Universidad nació de un empeño popular digamos- para no entrar en polémica- de las dos provincias. Tiempos de solicitudes al estado, revindicaciones, protestas y presiones tanto de los ciudadanos como de los políticos regionales de la época, cimentados por la Asociación de Amigos de la Universidad Extremeña, con personas del calibre de Antonio Uribarri, José María Montes, el profesor Salinero y tantos otros. Y se consiguió, después de la inconcebibles luchas caínitas entre Badajoz y Cáceres, una universidad cabreada y esparcida entre las dos provincias, con las facultades desparramadas , ubicadas en diferentes edificios de la ciudad, sin que eso consiguiera reforzar el vínculo entre la ciudad y el Centro Universitario, argumento que fue texto y pretexto para atomizar el campus y eso no fue bueno para nadie porque produjo una división de categorías; así hubo facultades de primera y otras de segunda que padecieron cambios, mudanzas e instalaciones en edificios inapropiados e incómodos, como la Facultad de Biblioteconomía hasta su ¿definitiva? ubicación en el famoso Cubo.

La Universidad debe reconocer-nunca lo ha hecho que yo sepa- que si está en Extremadura es porque los extremeños lo quisieron; debe reforzar su vinculo con las ciudades de Badajoz y Cáceres, tener una mayor presencia a nivel local, con actividades que nos entremezclen y confundan, racionalizar su gasto, con política austera en justa medida, no ser un campo libre para licenciados bisoños que se pasen años para terminar tesis, doctorados a base a ayuditas y bequitas. Y sobre todo aforar los recursos suficientes para que los universitarios extremeños disminuyan de las filas del paro y se financien los proyectos de investigación importantes y no las filigranas y refritos que vemos por ahí.

Y que cuando un rector hable como tal, la banda sonora no solape sus programas.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Badajoz. Momentos del ayer y Mérida. Perfiles del pasado. Pedidos al autor

Mérida, ciudad entrañable, ha estado siempre llena de pequeñas anécdotas ocurridas a la sombra de las piedras romanas. Sin embargo, la otra historia, la que duerme en las viejas estampas, nos descubre una ciudad sencilla que, además de ser un reflejo de Roma, escribe sus propios y apasionantes capítulos gráficos, los mismos que ahora forman parte de este libro.

Lengua: Castellano

Encuadernación: Tapa blanda

Medidas: 23,5 x 16,5 cm

Nº de páginas: 128

ISBN: 978-84-92734-09-2

Año de edición: 2009

Precio 12 euros

Pedidos: peperabanal@yahoo.es


De la ciudad extremeña de Badajoz surgen imágenes de rincones nostálgicos; de pretéritas historias, casas y recuerdos en sepia; de parques, puertas, puentes y plazas que albergaron el devenir de otros tiempos, ahora recuperados gracias a este libro.

Lengua: Castellano

Encuadernación: Tapa blanda

Medidas: 23,5 x 16,5 cm

Nº de páginas: 128

ISBN: 978-84-936930-1-5

Año de edición: 2009

Precio : 12 Euros

Pedidos: peperabanal@yahoo.es



miércoles, 7 de septiembre de 2011

María de las Mercedes Moreno, Medalla de Extremadura. Una voluntaria que cabalgó las ondas

Enhorabuena Mercedes. Desde este pequeño rincón donde el Guadiana suena, te envío mi felicitación por ese reconocimiento que hoy recibes en Mérida- mi ciudad natal- al resguardo del Teatro de Marco Agripa. Quizá hoy, más de alguno- los más jóvenes- no sepa quién es Mercedes Morenoya que la labor de voluntaria es callada y anónima desde el corazón- en algún lugar tiene que reposar estos entimientos- y no desde el interés particular que tanto se da en estos solares patrios.

La dificil labor de integrar reclusos en la sociedad es la "pequeña" tarea que desde hace años, Mercedes y sus compañeras del Centro de promoción de la Mujer, se han echado a las espalda con infatigable tesón, sin más recompensa que el placer de la labor hecha cada día.

Es una medalla merecida, trabajada y que servirá para renovar la ilusión, una medalla que cabalgará la ondas, en busca de metas mas ambiciosas. Y digo ondas, porque Mercedes es una mujer de la radio. Quién es de la radio, lo es siempre hasta el final. Conocí a Mercedes hace muchos años, casi tantos como los que yo tengo ahora, en los estudios Radio Extremadura EAJ-52, junto a su compañero Julián Mojedano, aquellos estudios básicos y primitivos situados en la calle Santa Lucía, esquina a Cardenal Carvajal, frente al edificio donde se encontraba otra radio pionera, Radio Badajoz, Emisora Sindical. Esa zona conformaba un microcosmos radiofónico donde se apoyaba el corazón de Badajoz, donde latía el pulso de la ciudad.

Muchos años Mercedes pasaron ante el microfóno, trenzados de guías comerciales, cuñas de publicidad, radio novelas y teatro pero, ante todo, de historia local no solo de nuestra ciudad sino de nuestra región. ¿Cómo poder olvidar aquella bombillita roja encendida, señal de que estabas en el aire? Esa lucecita roja abría las puertas de Badajoz y nos dejaba ver al trasluz las alegrías y miserias que a cada uno tocó vivir. Quizá fuera en alguno de esos momentos cuando empezaste a estar con los demás en esa labor que hoy reconocemos.

Pudiera ser que esta noche, en esa noche de Mérida, romana y pletórica, entre las estrellas que alumbren los capites del Teatro, se encienda la bombillita roja y susurre la voz del control: Mercedes, estamos en el aire.

Un abrazo,



Pepe Rabanal